Regalos mal envueltos (o regalos disfrazados)
“Para tener relaciones sanas necesitamos mantener conversaciones incómodas.” ~ María Esclapez
Mis queridos buzos y lectores:
Ya he hablado en otros textos de los regalos que me da el buceo —y créanme, son muchos—, pero nunca les había contado sobre esos otros regalos. Esos que no vienen en papel brillante ni con moño dorado. Hoy quiero hablarles de los regalos mal envueltos, esos que llegan en formas que no nos gustan, en momentos que no esperábamos, con disfraces de problema, frustración o cambio de planes.
Y como ya es costumbre, quiero contarles una historia.
Tengo una gran área de oportunidad (por no decir defecto): me gusta tener todo bajo control. Quiero que los viajes de buceo salgan perfectos. Que el clima coopere, que todos estén felices, que todo fluya como se planeó. Pero, como ustedes ya sabrán, hay muchas cosas que simplemente no podemos controlar, y el clima es una de ellas.
Cuando algo se sale del guión, me estreso. Siento que fracaso. Pero en estos últimos viajes he tenido varias lecciones —a veces sutiles, a veces duras— que me están enseñando justo eso: no todo tiene que salir como yo quiero para que sea perfecto. A veces, cuando las cosas “salen mal”, en realidad están saliendo mejor. Solo que no lo vemos en ese momento.
Les doy un ejemplo muy claro:
En Puerto Morelos, en mis últimos cuatro viajes seguidos, he tenido al menos un día con el puerto cerrado por mal clima. Y eso, créanme, complica mucho las cosas. Hay que cambiar los planes: si el grupo tiene el nivel, nos vamos a un cenote; si no, hay que buscar otras opciones. Pero en el último viaje, el puerto estuvo cerrado ¡tres días completos!
¿La reacción? Podría haber sido el caos… pero gracias a la actitud increíble de mis queridas CC y AA, logramos adaptarnos. Hicimos buceo en cenote abierto, buceo desde la playa, desde lancha y hasta en caverna. ¡Terminó siendo uno de los viajes más completos que hemos tenido! Lo que parecía una gran complicación, terminó siendo un regalazo, aunque al principio venía con envoltura de “problema”.
No todos los regalos mal envueltos son así de espectaculares, claro. A veces son más sutiles. Pero si aprendemos a ver más allá del envoltorio, podemos descubrir que cada experiencia trae algo valioso.
Y esto no solo pasa en el buceo. En la vida también nos llegan regalos disfrazados.
Queremos algo con todas nuestras fuerzas: un trabajo, una relación, una oportunidad, una respuesta afirmativa… y cuando no sucede, sentimos frustración, tristeza, enojo. Y sí, es válido sentirlo. Pero a veces, solo a veces, ese “no” o ese cambio inesperado es lo mejor que nos podía haber pasado.
Solo que en ese momento no lo entendemos.
Yo personalmente creo que hay una inteligencia superior —llámale Dios, universo, vida, como quieras— que sabe cosas que nosotros aún no. Y aunque a veces duele, nos confunde o nos saca de quicio, todo tiene un propósito. A veces, los mejores regalos de nuestra vida llegan en cajas feas, con papel arrugado, sin moño… y solo después de un tiempo logramos ver su valor.
Así que hoy quiero agradecer todos esos regalos mal envueltos que he recibido. Los que dolieron, los que frustraron, los que parecían un error. Porque con el tiempo se transformaron en lecciones, en nuevas oportunidades, en personas increíbles, en versiones más auténticas de mí mismo.
Y también quiero agradecer a quienes me han ayudado a verlos así, cuando yo no podía. Gracias LF, XR, RD, LM, AR y AG. Ustedes me han acompañado a quitar ese papel feo y a ver la joya que había debajo.
Los invito a que se tomen un momento y piensen:
¿Qué regalo mal envuelto te llegó y todavía no has querido abrir?
¿Y si eso que tanto te molestó fue una forma de llevarte a algo mejor?
Aunque es más fácil escribirlo que hacerlo, los invito a que se reconcilien con esos regalos extraños, imperfectos, incómodos… y les den una segunda mirada. Porque quizá el regalo más bonito de tu vida ya llegó… solo que aún no lo has abierto del todo.
En la recomendación de hoy de lectura, “tus zonas erróneas” de Wayne Dyer. Gracias a mi abuela Marga (epd) por este regalo mal envuelto.
Abrazos profundos,
y espero verlos pronto bajo el agua.
Con cariño,
CR